Hay cosas que no existen: la pareja perfecta,el olor de las nubes, el ratón de los dientes, los extraterrestres que salen en las películas,la vida en Marte, los abogados baratos, el amor.... Tampoco las vírgenes ni los chaneques. Pero no me interesa.
jueves, 8 de septiembre de 2011
El hundimiento del Titán (Futilidad)
Futilidad, o el hundimiento del Títán fue escrita por Morgan Robertson en 1898, catorce años antes de la tragedia del Titanic (14 de abril de 1912). Las sorprendentes coincidencias entre estas dos historias (una, producto de la imaginación de un escritor y escrita con anterioridad; y, otra, real) constituyen la principal razón que justifica que esta novela sea hoy célebre.
En la novela, el mayor crucero del mundo de aquel momento, parte del puerto de Southhampton para una travesía trasatlántica. Al igual que el Titanic, el Titán se hundió en una travesía inaugural, reconociéndose como el buque más seguro del mundo. El buque, al igual que el Titanic, chocó contra un iceberg en pleno Atlántico y en la catástrofe se perdieron muchas vidas, debido fundamentalmente al reducido número de botes salvavidas.
A mediados de 1898 mucho antes de que se pensara construir al Titanic el novelista Morgan Robertson tuvo una vívida pesadilla durante la cual, cierto trasatlántico a prueba de naufragios se hundía en su viaje inaugural, tras chocar con un Iceberg. Tan impresionado quedó Robertson con su sueño, que decidió escribir una novela con ese tema a la que titularía: “Futilidad”.
En la trama aquel trasatlántico al cual llamó: “Titan” y a cuyo capitán dio el nombre de: Smith, chocaría en su cuarto día de travesía contra una mole de hielo, hundiéndose. Ya publicada la novela, aquel mismo año 1898, Robertson vendió los derechos por la irrisoria suma de 100 dólares.
El libro narraba la historia del hundimiento de un enorme trasatlántico. La similitud con un hecho que conmocionó al mundo y hasta hoy tiene vigencia, es sorprendente. Se trata del desastre del Titanic, hecho ocurrido en 1912 (14 años después de la publicación de la novela de Robertson).
Estas son algunas coincidencias con el suceso real:
El barco de la novela se hunde, luego de chocar con un iceberg (al igual que el Titanic).
En la novela, era el viaje inaugural de la enorme nave.
En la novela, se describe al barco como insumergible.
El barco de Morgan era el más lujoso de su tiempo.
La nave de la novela naufragaba en el mes de abril (igual que el Titanic).
El número de pasajeros del barco de Robertson era de 3.000 y contaba con apenas 24 botes. En la realidad, el Titanic tenía 2.207 personas a bordo y solamente 20 botes salvavidas, una cantidad insuficiente para la cantidad de pasajeros, tanto en la novela como en la realidad.
El barco de la novela era descrito con un tonelaje de 75.000; mientras que el Titanic tenía 66.000.
La eslora del barco de la novela era de 243 metros; algo inferior a la real del Titanic que era de 268 metros (solo 25 metros de diferencia).
Ambos tenían igual cantidad de hélices: tres en ambos casos.
Cuando en la novela el gran barco choca, iba a una velocidad de 25 nudos. Por su parte, cuando el Titanic choca con el iceberg iba raudamente a 23 nudos de velocidad (apenas dos menos que lo imaginado por Robertson, catorce años antes).
Realmente muchas coincidencias ... pero por si queda alguna duda, digamos que la novela de Morgan Robertson se llamaba “Futilidad”; pero el subtítulo de la obra era "El naufragio del Titán".
Sí, el barco de la novela que se hundía un día de abril, en su viaje inaugural, después de chocar con un iceberg y que se convertía en tragedia porque los botes eran insuficientes para todos los pasajeros fue llamado por su autor “Titán”.(solo le faltaba IC para llamarse igual)
Morgan Robertson nació en Nueva York el 30 de septiembre de 1861, fue oficial de la marina mercante y escritor. Escribió numerosas historias cortas y libros, muchas de ellas relacionadas con el mar. En una de sus historias de submarinos hace mención al periscopio, por lo que se considera su inventor.
En Beyond the Spectrum trató una historia de guerra que vaticinaba la II Guerra Mundial y en la que se dan también coincidencias sorprendentes.
Robertson murió el 24 de marzo de 1915, casi un año después de la tragedia que vaticinó en su novela.
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