miércoles, 24 de agosto de 2011

Kevin Carter y la Foto que cambió su vida...



La famosa fotografía que causó furor y polémica en todo el mundo cobra realce nuevamente. El diario “El Mundo” viajó a Sudán tras 18 años de haber sido tomada la fotografía en busca de pistas que revelen el paradero de la supuesta niña (primero se creía que era mujer) que sobrevivió de ser comida por un buitre.

La polémica que desató el reportero Kevin Carter al no rescatar a la supuesta niña desnutrida de las garras de un buitre volcó la desaprobación de la opinión pública, acusándolo de ser el auténtico carroñero de esa escena. Un año después, en 1994, luego de ganar el premio Pulitzer, Carter se suicidó.



Sin embargo, nadie vio morir al bebé, ni el mismo Carter. Hoy el diario “El Mundo” revela aspectos que no se sabían que rodean el misterio de la criatura.

Al observar la fotografía en alta resolución se puede distinguir que el bebe, de nombre Kong Nyong, lleva en su muñeca derecha una pulsera de plástico de la estación de comida de la ONU, instalada en aquel lugar, con el código “T3”. Es decir que el bebe sobrevivió a la hambruna, al buitre y a las trágicas predicciones de la opinión pública.

Reporteros del diario “El Mundo” viajaron a la aldea Ayod en busca del paradero de la criatura. Las pistas que encontraron los llevaría hasta la familia del pequeño, cuyo padre identificó al bebe y confirmó que en realidad se trataba de un niño y no de una niña como se creía, y que se recuperó de la hambruna, pero que murió hace cuatro años de “fiebre”. Su nombre era Kong Nyong.



Pero si Carter es famoso, es por esta fotografía en 1993. El sudanés Kong Nyong, por aquel entonces una niña famélica, se encontraba defecando a las afueras de su poblado y un buitre estaba al acecho. Carter, que observó la escena, la fotografió. Esperó para tomar una foto mejor: con el buitre abriendo sus alas, pero no lo consiguió. Según él, consiguió recuperarse y continuar con su camino. El 26 de marzo de 1993, The New York Times publicó la foto y él ganó el Pulitzer. La opinión pública entendió la foto como una alegoría de lo que sucedía en Sudán: Kong era el problema del hambre y la pobreza, el buitre era el capitalismo y Carter era la indiferencia del resto de la sociedad. La crítica se cernió contra él e intentó justificarse, alegando que el niño hacía sus necesidades, que la tribu se encontraba a unos 20 metros de él y que el animal esperaba su ración de comida. Kong Nyong murió 14 años después.

Tras ello, pasó de reportero a fotógrafo de naturaleza. Sufrió dos duros golpes: por un lado, la presión de la crítica y por otro el asesinato de su amigo Ken Oosterbroek el 18 de abril de 1994, mientras cubría un tiroteo en Tokoza (Johannesburgo). Se dice que años antes intentó suicidarse, que fumaba White Pipe -una mezcla de marihuana, metacualona y barbitúricos-, que tenía graves problemas familiares y una personalidad algo desordenada -perdía sus carretes en aviones y aeropuertos-, que era depresivo y tenía una vida caótica, con un sinfín de experiencias trágicas.